No cabe duda de
que una de las misiones del multimedia reside en su capacidad de síntesis, en
este sentido, hereda una clara influencia de la naturaleza de la instantánea fotográfica
a pesar de haber traspasado de lejos sus límites a través del movimiento y la
secuencialidad. Con todo, el esfuerzo de cohesión requiere, por un lado ser
plenamente consciente de la tradición heredada del cine y de la fotografía, y
por otro realizar un ejercicio de voluntad y de rigor.
En relación a las
tradiciones, Ígor Stravisnky en su Poética
Musical escribe: “Una tradición verdadera no es el testimonio de un pasado
muerto; es una fuerza viva que anima e informa al presente. En este sentido es
cierta la paradoja que afirma graciosamente que todo lo que no es tradición es
plagio...Bien lejos de involucrar la repetición de lo pasado, la tradición
supone la realidad de lo que dura”[2].
En relación a la voluntad, Stravinsky también escribe sobre la virtud del rigor que en este
sentido deben compartir compositores y periodistas, ya sea para no caer en la
exploración del ego o en la lectura superficial. Sobre la belleza de la rigidez, escribe: "En todo lo que se inclina
graciosamente es preciso que haya un esfuerzo de rigidez. Los arcos son bellos
cuando se curvan solo porque tratan de mantenerse rígidos. El rigor, al ceder
un poco, como la Justicia inclinada hacia la Misericordia, constituye toda la
belleza de la tierra. Todas las cosas tratan de ser rectas y, por fortuna,
ninguna lo puede. Tratad de crecer derechos y la vida os doblegará"[3].
Reivindicar la
Poética Musical de Stravinsky como material de reflexión sobre la práctica
multimedia del periodismo hoy tiene más sentido que nunca. Superada la fase
bulímica en que parece que sea más importante hacer uso del aparato que contar
la historia, a riesgo de caer en enfermedad crónica, es necesario considerar
los límites.
Los efectos de no trazarlos, nos vienen revelados, de nuevo, por Stravinsky: "Un sistema de composición que no se asigna a sí mismo límites acaba en pura fantasía. Los efectos que produce pueden agradar accidentalmente pero no son susceptibles de repetición"[4]
Los efectos de no trazarlos, nos vienen revelados, de nuevo, por Stravinsky: "Un sistema de composición que no se asigna a sí mismo límites acaba en pura fantasía. Los efectos que produce pueden agradar accidentalmente pero no son susceptibles de repetición"[4]
Si para Stravisnky, Wagner revienta los límites[5],
podríamos apuntar que Claud Lanzmann en su documental Shoah peca del mismo
desenfreno, de la misma tendencia antimelódica hacia el infinito. "La
melodía infinta” escribe Stravinsky “se muestra así como un ultraje a la
dignidad y a la función misma de la melodía, que es, ya lo hemos dicho, el
canto musical de una frase cadenciada. Bajo la influencia de Wagner las leyes
que aseguran la vida del canto se han visto transgredidas, y la música perdió
la sonrisa melódica"[6].
Más adelante, en otro post, nos centraremos exclusivamente en las herramientas del formato multimedia haciendo
especial referencia a la música, y para ello analizaremos el multimedia A Bad Day de la fotógrafa catalana Laia
Abril. El multimedia de Laia es interesante por varias razones, pero ahora viene al caso destacar la voluntad de la autora por querer transformar la
historia de un tema complejo y peliagudo como son los trastornos de la
alimentación – un tema de interés social – en un producto consumible, a través de la música de la apertura y de la
exposición. Recuperando la melodía, recrea una falsa sensación de levedad que
permite al usuario del multimedia conectar con Jo, el personaje que Laia nos
está presentando. La música de la exposición tiene un aire de estribillo que
nos remite a la canción de The Ronettes Be
my Baby, de tal modo que inmediatamente después de visionar el multimedia,
cualquier escucha de la canción original de 1963 nos puede remitir
inmediatamente hacia un pensamiento sobre la historia expuesta en la pieza
documental. Este retorno en forma de estribillo melódico nos lleva a recuperar
lo escrito por Stravinsky en relación a Verdi: "Sé bien que voy contra la
opinión corriente que quiere encontrar lo mejor de Verdi en la alteración del
genio al que debemos Rigoletto, Il Trovatore, Aida y La Traviata. Sé
bien que defiendo precisamente lo que la sociedad de preguerra despreciaba en
la obra de este gran compositor. Lo siento, pero sostengo que hay más sustancia
y más intención auténtica en el aria de La
donna e è mobile, por ejemplo, en la cual esta sociedad no pudo ver sino
una deplorable facilidad, que en la retórica y las vociferaciones de la Tetralogía.[7]"
y prosigue "Quiérase o no, el drama wagneriano deja ver una inflación
constante. Sus brillantes improvisaciones hinchan desmesuradamente la sinfonía
y la alimentan menos que la invención, tan modesta como aristocrática, que
brilla en cada pagina de Verdi"[8].
El documental de
Lanzmann, al rechazar la música y mantener los planos en una melodía infinita responde a la tendencia
que Stravinsky atribuye a la obra de Wager "que no es, para hablar con propiedad, un
desorden, pero que trata continuamente de suplir una falta de orden[9]"
¿Como concreta el
compositor ruso entonces la función del creador? Insiste en pasar por el tamiz
los elementos que recibe en relación a los límites descritos al inicio de este
punto y en relación a este hecho añade: “Si todo me esta permitido, lo mejor y
lo peor, si ninguna resistencia se me ofrece, todo esfuerzo es inconcebible; no
puedo apoyarme en nada y toda empresa, desde entonces, es vana”[10]
Stravinsky alaba la libertad
teórica: “Que me den lo finito, lo definido, la materia que puede servir para
mi operación, en tanto que esté al alcance de mis posibilidades. Ella se me da
dentro de sus limitaciones. Yo a la vez le impongo las mías.(...) Mi libertad consiste en mis movimientos dentro
del estrecho marco que yo mismo me he asignado para cada una de mis
empresas"[11].
[1]
Ígor Stravinsky Poética Musical, pág 57
[2] Ibíd. p.59
[3] Ibíd. p. 57
[4] Ibíd. p.64
[5]
En su Poética Musical Stravinsly escribe: “No sin motivo busco refriega con la
famosa Gesamtkunstwerk.
No le reprocho sólo su falta de tradición, su suficiencia de nuevo rico: lo que
agrava su caso es que la aplicación de sus teorías ha asestado un golpe
terrible a la música en sí misma" Ibíd p.61
[6] Ibíd. p. 64
[7] La música de Richar Wagner según
Stravinsly “es mas improvisación que construcción, en el sentido musical
estricto. Las arias, los concertantes y sus relaciones recíprocas en la
estructura de una ópera confieren a la obra entera una coherencia que no es
sino la manifestación exterior y visible de un orden interno y profundo. El
antagonismo de Wagner y Verdi vienen muy a propósito para ilustrar mi
pensamiento sobre esta cuestión. Mientras se abandonaba a Verdi al repertorio
de los organillos, se saludaba complacientemente en Wagner al revolucionario
típico. Nada más significativo que este abandono del orden a la musa popular en
unos momentos en los que se glorifica lo sublime en el culto al desorden. Ibíd
p.64
[8] Ibíd. p.63
[9] Ibíd. p.64
[10] Ibíd. 65
[11] Ibíd. p.66
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